Pedir perdón es un signo de inteligencia, perdonar, de sabiduría. El verdadero perdón es un acto interno y no externo, viene del corazón e incluye comprensión & aceptación. Los sentimientos que no son nobles (envidia, egoísmo, inseguridad, rencor...) y todas las ataduras y bloqueos emocionales no resueltos y que no son liberados con conciencia, perdón & amor impiden nuestra felicidad, equilibrio & progreso a cualquier nivel.
Sigo en mi horizonte y arropada en un profundo silencio. Me desprendo de mi misma para perdonar, también para perdonarme. Hoy me sorprendo de nuevo por las acciones y los momentos que llenan de simplicidad & felicidad mi vida. Me sorprende también mi fuerza, mi resiliencia y mi valentía para afrontar especialmente aquellas cosas que son ajenas a mi persona pero que son parte de mí. Mi día late con fuerza y en armonía con mi corazón. Me refugio en mi misma, en mi ligera maleta interna, y el equipaje más valioso que sin duda poseo. De nuevo resurge en mí ese ímpetu que ha guiado mi vida por senderos a los cuales pocas almas han transitado y el de una mujer que se basta a sí misma, amándose, de una forma para algunos inteligible, para seguir volando libremente con esas vitales, inquietas y fuertes alas (las de la sabiduría y la compasión) que me guían, con GRATITUD.
Con cada una de mis apasionadas respiraciones, me conecto a la vida, ansiosa por explorar y descubrir una nueva ciudad, por deleitar un flamante destino, por bañarme en un nuevo mar, por observar una misma luna en otro cielo; galopando hacia un nuevo rumbo pero sin ningún plan, mas allá de las inmortales semillas del avance, de mi firme vocación docente, y de mis profundas ansias por exprimir la vida y cada momento al máximo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario