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La sociedad actual sigue viendo a la mujer como un ser dependiente, sumisa, incapaz de valerse por si misma, y a poder ser, eso sí, multifacética y perfecta, es decir, una super woman en cuanto a roles se refiere, que antepone los deseos ajenos frente a los suyos propios, y cuyos únicos objetivos en la vida sean casarse y procrear. Por eso prejuiciamos, bajo el velo de la ignorancia y de la envidia, a aquellas mujeres que deciden tener una vida propia y ser felices en su sana soledad.
Vivir honrando la vida versus presumir.Vivir tu propia vida con dignidad vs callar, consentir, donde solo en ocasiones callar es más que un simple cerrar la boca. Se trata de prescindir del ego y de la necesidad compulsiva de decir o de manifestar algo, donde y en ocasiones el silencio es especialmente sabio y el respeto y la cordura vs la timidez o la cobardía, se anteponen a la osadía. A mi parecer poca gente tiene una personalidad definida, fruto de la ausencia de una identidad personal y de un objetivo de vida moldeado, poco estables emocionalmente y con fuertes contradicciones internas. Si alguien se niega a que se cumplan sus deseos o caprichos reaccionan de forma impulsiva, a veces con agresividad, lo que deteriora aún más sus relaciones interpersonales, que suelen ser un tanto conflictivas, dada su dificultad para dar y recibir auténtico amor, para comunicarse abiertamente con los demás, para dejarse conocer y establecer lazos afectivos francos y sinceros. La falta de constancia que responde a la falta de planteamientos serios en su vida, la versatilidad propia de la falta de equilibrio emocional y de criterios firmes de conducta, dentro de un marco carente de una escala de valores y de anhelos, suficientemente sólida y realista, donde son frecuentes las idealizaciones previas.
El tiempo a moldeado mi cuerpo y mi mirada tornándolo más cómplice, y cultivándome en el arte de amar. Acumulando experiencia y madurez me he convertido en mi amante perfecta y en una fiel experta de mi esencia, especialista en el arte de regocijarse y de aprender del pasado, del presente y del futuro. Formo parte del colectivo de mujeres que dueñas de sus pasos, dejan huella por donde caminan. Con paso firme y fuerte, con alegría sin arrogancia, trasmiten seguridad en si mismas con un estable y equilibrado logro emocional y personal que cautiva. Una nueva década para vivir libre y sin miedo, para hacer lo que una quiere y siente, y donde las cosas se hacen con mas serenidad y con la inquietud de seguir creciendo. Una edad sustentada por el amor y en embriagador equilibrio entre la pasión deseada y la tranquilidad & plenitud de mis encantadores momentos cotidianos.
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